miércoles, 19 de junio de 2019

Levantar la Tapa: Hall of Fame 2019

Yo no iba a ocuparme de esto, pero por lo que sea, me toca hacer la intro del que es, que no se me olvide, el quinto aniversario del Hall of Fame. ¿Sabéis que en el txt donde escribo esto lo último que tenía era un parrafo hablando de adaptaciones marinas de sirénidos basales? Je, je, la cencia, qué graciosa.

Bueno, a ver. Que nos ha quedado un HoF (quinto HoF, que no se nos olvide) sorprendentemente hispanoparlante. Desde las aterciopeladas soflamas anarquistas de Amistades Peligrosas al contoneo ¿sambamero? de UPA Dance, pasando por clásicos verbeneros como King Africa o mi odiado Georgie Dann. ¿En qué otro lugar podrías ver juntas a Sonia y Selena, dibujadas por nuestro HoFero Loulogio (en una edición que no era la quinta, como esta, que sí es la quinta), y a la gorilera Melody? Pues aquí, claro, donde la traición estuvo a punto de dejar fuera a Tongo Le Tongué. Y de King Africa y El Koala no se me ocurre qué decir, pero es que tampoco importa tanto.

Total, que el único angloparlante es T.V. John Langworthy. Creo, porque tampoco entendemos mucho lo que canta cuando canta. Pero ya era hora de que estuviera aquí, ¿eh? Que ya os vale, y tampoco lo habéis exigido, gentuza. Su llegada casi compensa el hecho de que Jon Sudano se quedara fuera de este Hall of Fame.

El quinto hasta la fecha.

Jorge Lázaro

1. Amistades Peligrosas




Cualquier imagen que veas de este porno-dúo musical desprende una sensualidad desbordante: véase a los dos amantes en sepia más arriba, con Alberto a lo Humphrey Bogart mirando descaradamente el escote off-screen de una Cristina más que extasiada. Esta foto sirve como una perfecta representación visual de la música del grupo: "Estoy por ti" tiene un título inocente, casi de amorío de patio de escuela, pero referencias a ciertas posturas del Kamasutra nos hacen pensar totalmente lo contrario.

Los que busquen en Amistades Peligrosas mero deseo carnal van apañados, porque nunca le hicieron ascos a la crítica social más cruda: ya describí en otro artículo su himno del proletariado "El príncipe valiente", pero nunca está de más recordarlo. Y claro está, hay un motivo por el cual "Me quedaré solo" tiene 45 millones de visitas en YouTube, y no solamente es el atuendo corsario que me lleva Alberto.

Aunque ya separados en perfecta mitosis (con dos dúos distintos bajo el nombre original) tras un poco característico gélido enfrentamiento en Madrid Directo, el legado de Amistades Peligrosas sigue vivo en cualquier prostíbulo de la carretera de Extremadura.

2. Fórmula Abierta


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Al acabar OT1 había, desde luego, más oferta que demanda de cantantes de orquesta de pueblo, y con los Davides cubriendo el cupo de latineo, Chenoa el de fierce independent woman, y Rosa el de fracaso con patas, había que juntar a los menos afortunados vocalmente hablando para conseguir exprimir el poco jugo que tenían. Hete aquí Fórmula Abierta, con Javián y Álex en camisa ibicenca abierta hasta el ombligo, Geno que se ha cubierto el bikini con una cortinilla de estas que tienen las tiendas de ultramarinos y Mireia que venía de hacer cosplay de Geri Halliwell.

Juntos nos ofrecieron "Te quiero más", la canción de ese verano y de todos los que han venido a continuación. Luego Álex marchó al país de los Lunnis a proseguir su carrera y fue sustituido por un guardia jurado que se llamaba Miguel Ángel, si no recuerdo mal. Más tarde volvió, para recuperar el trono estival esta vez como trío, tras la marcha de Mireia. El resultado es la reciente "Sin conexión", donde tres Gen-Xers se quejan de lo bonito que era todo antes cuando se podía comunicar uno por paloma mensajera en lugar de mediante likes en Twitagram o como se llame. Esperemos que hayan vuelto para quedarse.

3. Georgie Dann





Creo que lo he dicho tres veces en los últimos tres días, pero que Georgie Dann no estuviera en este Hall es como que Chuck Berry no esté en el del Rock and Roll. Si Berry hubiera tenido una ardilla muerta como pelo, claro está. Georgie, el francés que nos ha traído marcha sandunguera durante tantas vacaciones, es un mito incontestable del horterismo que ha sabido renovar su estilo a lo largo de los años. Lo mismo canta sobre chorizos parrilleros, sobre bailes que causan sensación, o sobre establecimientos playeros que más tarde darían nombre a fabulosos programas futbolísticos

Allá donde hay bocadillos de tortilla y medusas, está Georgie. Tan pasado de moda como de implantes capilares, su estudio etnológico sobre los fenotipos de la población centroafricana (tanto positivos como negativos) es el más importante desde los trabajos de campo del doctor David Livingstone. Este carcamal de la costa merece su puesto en este Hall of Fame. Por favor, una aspiradora para toda esta caspa.

4. King África





Es probable que todo esto haya sido un error de cálculo, porque... ¿y si King África es Tongo? Al fin y al cabo, ya son conocidas las identidades de dos Kings distintos: el primero, claramente menos ávido de bollicaos, cantaba "Salta" con una estética tecnorave-Rocko Alicates importante; el segundo, con el tapete de mesita de noche con los colores rastafari en la cabeza; es el más famoso y se le conoce en la intimidad como Alan Duffy. Pues muy bien.

Está claro que este año el Hall of Fame se ha llenado de julio y de agosto, y lo que queda, porque King África fue monarca indiscutible de los miniclubs de Fuengirola a Benalmádena entre el 2000 y el 2005. En estas fechas Duffy nos animaba a saltar como su predecesor, pero más antorcha humana, a explotar, a chocolatear, y a todo lo demás. Su retorno a los tablaos fue con "El cocodrilo", un featuring impagable en el que King África, con una movilidad ya bastante limitada pero con mucho espíritu fiestero, se come con patatas al follata de verbena de DKB. Menudo monstruo escénico.

5. El Koala




El hombre que susurraba a las gallinas, Manuel Jesús Rodríguez "El Koala", pasó por varios grupos de dudosa calidad antes de fundar su propio proyecto de rock rústico, de indudable falta de calidad. Por qué este campestre individuo adoptó el seudónimo de un marsupial de las antípodas se escapa a mi entender y no tengo ninguna intención de que deje de ser así, pero si necesitas que alguien te eche una mano para construir un establo, una cuadra, una cochinera, un aprisco, una paridera, o qué se yo, un corrá, El Koala es tu hombre.

Su carácter bonachón y humilde se vio destruido, según cuentan, por su paso por Gran Hermano VIP, en el que su fachada fue desplomada a base de traiciones, embustes, y demás estratagemas. Esperemos que las estructuras que construye para su ganado sean más consistentes.

6. Melody




¿Cómo queremos recordar a Melody? ¿Como la niña prodigio, una especie de mini-Carmen Sevilla que prometía resolver de una vez por todas la inabordable cuestión del eslabón perdido con unos cuantos pasos de baile y Rafa Méndez a la espalda? ¿O como la artista madura que pasó por Tu cara me suena, nos dejó con la boca, si no abierta, al menos entreabierta, y volvió a desaparecer por donde había venido? Es una pregunta difícil de responder.

Esta rumbera de pata negra, como el jamón o Tina Turner, nos sirvió para establecer el vínculo entre las child stars de antaño como Marisol y las más contemporáneas, como... María Figueroa. Pero no condenemos a vestigio arqueológico a esta muchacha de 28 años todavía, que seguro que tiene una maravillosa carrera por delante. Si Wikipedia no miente, y casi nunca lo hace, su séptimo disco saldrá "aproximadamente" en 2020. Esto no lo dice Wikipedia, si no yo: venderá "aproximadamente" veinticinco millones de copias.

7. Sonia y Selena



El dúo según Isaac Sánchez, el artista antes conocido como Loulogio.

Sonia y Selena están, estaban y estarán tan recauchutadas que prenden fuego al contacto con el agua bendita, pero pese a ser 50% residuos plásticos nos dieron "Yo quiero bailar", y con ello un himno generacional capaz de transformar el funeral de tu ser más querido en una bacanal de desenfreno. No se puede hablar de ellas durante más de un párrafo porque incumpliríamos el protocolo de Kioto, pero todos sabemos que en cuanto la pareja polioperada, las gemelas de goma, el dúo desechable, entonan las primeras notas de su (virtualmente) único hit, nuestros corazones se detienen. Ahora, como unas Azúcar Moreno bicolor, se odian a muerte, pero eso solo añade a su legado. Reinas.

8. Tongo



Como una ola, Tongo llegó a nuestra vida. Al principio, y a ojos de este lado del charco, don Abelardo Gutiérrez solo era uno más de esos cantantes latinoamericanos que se convertían en meme por su cuestionable talento, no tan distinto a un Delfín Quishpe. Su modus operandi: el adaptar canciones célebres del pop rock anglosajón a su propio dialecto del inglés, el tonglish, que es el que hablamos todos cuando hemos bebido más agua de Valencia de la cuenta. Sin embargo, a medida que sus éxitos se viralizaban, como "Chop Suey", "Sweet Child O' Mine" o "Rap God", también crecía su potencial de ser objeto de burlas de los troles habituales del universo Youtuberil, como Auronplay.

Ni corto ni perezoso, Tongo (o Le Tongué, como le llaman en Francia y sus territorios de ultramar) decidió responder frontalmente a esas críticas con otras más brutales y desde luego, mucho más largas. Entre cada perorata de 20 minutos le daba tiempo a defecar sobre la memoria de Chester Bennington y a apuntarse al carro del momento, ya sea "Bohemian Rhapsody", Ricardo Milos o el  espelzunante Ayuwoki. Aunque parece más que satisfecho con sumarse a las modas en lugar de crearlas, no podemos engañarnos: parafraseando a Kanye West, "I miss the old Tongo, straight from Perú Tongo". Pero nuestro corazón ya es suyo.

9. T.V. John Langworthy





Si John Langworthy, un septuagenario tejano con un peculiar gusto por las camisas veraniegas, te dice que Elvis se le apareció en sueños, le invitó a subirse de copiloto a su coche, y le cantó una canción inédita que más tarde el propio John haría suya, nos mostraríamos relativamente reacios a creerlo. Pero dado que no solo la canción existe, si no que todas y cada una de las 4000 que ha compuesto comparten una historia similar, no tenemos más remedio que cerrar la boca y postrarnos ante la inmensidad del talento de Langworthy.

T.V. John, T.V. porque es un asiduo del circuito por cable del norte del río Potomac, es nuestra apuesta underground de este año. Su música destila alegría, incluso en "Liar", en la que acusa a una persona sin identificar de mentirosa mientras se agita juguetón como si, como dice la letra, sus pantalones estuvieran ardiendo. Cada uno de sus decenas y decenas de videoclips y canciones country-pop comparten una estética y un sonido común, lo que nos hace pensar que John ha puesto un mimo inusitado en todo lo que rodea a su música. Por eso, cuando se apodera de la megafonía de un avión en vuelo para cantar una oda a Jamaica bastante gratuita, nadie lo apalea: todos esperan pacientemente a que se calle y, cuando termina, estallan en vítores. Ese es el poder de T.V. John Langworthy.

10. UPA Dance





Las series de adolescentes e institutos estaban vistas para sentencia al llegar el cambio de milenio, así que a algún ejecutivo televisivo con muchas luces se le ocurrió que añadir el aspecto musical a "Al salir de clase" era exactamente lo que necesitaba España. Ergo, UPA Dance, o Un Paso Adelante. De esta serie de la cual he visto la friolera de cero capítulos salieron luminarias de la actuación, el cante y el baile, pero nunca de las tres cosas a la vez. Del útero bailongo de UPA Dance han surgido Beatriz Luengo, que emigró a Francia para... sobrevivir supongo, Pablo Puyol, la doble de acción de Penélope Cruz, y por supuesto MAM, icono de carpetas antes de convertirse en miembro respetable del mundo del espectáculo, y que me cae tan fenomenalmente bien que no pienso lanzar ni una sola falta de respeto hacia su persona. Y eso que "Morenita" no me lo pone fácil.

¡Sámbame! ¡Sambemos todos al ritmo de la música! Diréis que estoy loco, pero tras haber meditado largo y tendido si una serie merece entrar en un Hall of Fame musical, solo puedo decir lo siguiente: ¿habéis visto esta maldita locura? La pregunta no es si deberían estar aquí, si no por qué no han entrado antes.

Y ahora, como todos los años, un ilustre no musical (por primera vez, de verdad no musical) entra en el Hall of Fame, más concretamente en lo conocido como el Hall de los Inmortales. O algo así, de un año para otro no me acuerdo. Sin más dilación, damos la bienvenida a...

Alberto Chicote






En boca de todos está su casi alarmante pérdida de peso, porque está delgado sano, y delgado Enrique San Francisco, y Chicotito se va inclinando hacia esto último. Hay graciosos artículos que intentan equilibrar la alegría por su figura más esbelta, con cierta preocupación, y al mismo tiempo con la defensa a ultranza del paradigma body positive. Nos sumamos a esa postura: estés como estés, te queremos, guapo. Porque tus pesadillas en las cocinas de toda España y parte del extranjero han sido nuestro gozo, ya estés lidiando con dueños borrachos guitarristas, ratas en lavavajillas, rocieros esperpénticos, o con Ronal.

Sus escarceos con la música, que siempre intentamos buscar alguno, se reducen a esa meme intensa pero breve del "pim pam trucu trucu", que nos regaló remixes de todos los colores. Deseamos que Alberto entre en nuestras vidas, hable con nosotros, se lleve las manos a la cabeza y se vea obligado a buscar la cámara más cercana para escenificar un desesperado monólogo, y luego ayudarnos a salir del pozo de donde estamos. Gracias, Chicote.

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