miércoles, 1 de febrero de 2023

Operación Triunfo 1, hoy: Parte 2

Entramos en el verdadero Olimpo del triunfitismo, las ocho personas que tuvieron más papeletas para llegar a lo más alto, e incluso algunas de ellas hasta lo aprovecharon. Estrellas internacionales, llenadores de estadios, baluartes de la programación navideña de Canal Castilla la Mancha... Hay de todo, como en botica. 

Si por algún motivo echas en falta a Juan Camus de la lista, uno: ¿por qué?; dos: ¿POR QUÉ?; y tres, ¿no has visto lo de parte 2? Hay una parte 1 aquí. Un poquito de atención, por favor.

8. Gisela, "Todo"


¿Ha salido en el Mediafest?: Era inevitable.

¿Puede que en alguna parte exista una guerra civil encubierta entre los acólitos de Gisela como verdadera princesa de las nieves, y los que sostienen acérrimos que la versión de Mireia de Frozen low-cost es infinitamente mejor? Espero que sí, que en un submundo más peligroso y extraño que este, estas dos facciones estén peleando por lo que verdaderamente importa. Mientras tanto, Gisela estará probablemente ajena a ello, ilusionada con sus métodos infalibles para mantenerse hidratada, o quizá planeando un nuevo asalto al poder andorrano, uno que vuelva a poner al país pirenaico en el mapa eurovisivo. 

De momento, con lo que tendremos que conformarnos es con "Todo", que no es poco. En lugar de videoclip, solo podemos comentar ese primer plano de Gisela recolocándose la cabeza, un lifehack que no consigo encontrar en su vlog, pero que es más difícil de hacer bien de lo que parece. El tema es inenarrable, falta el "estás en Disney Channel" al final. El ratón Mickey le ha debido hacer una transfusión de polvo de hadas y leche condensada a esta mujer, porque no me he cruzado con cosa más edulcorada jamás. Sin película de animación asociada, uno se queda con la responsabilidad de pintar el background de este pastel: unicornios comiendo helado, un arcoiris donde todos los colores son tonalidades de rosa, y una horda de hunos prendiendo fuego a todo, todo. Para mí, ellos son los verdaderos héroes. 

7. Nuria Fergó, "La gata bajo la lluvia"


¿Ha salido en el Mediafest?: Estuvo al borde y se echó para atrás, así que un casi.

La Fergó siempre ha tenido mucha clase y elegancia, y esto le ha servido para labrarse una carrera relativamente envidiable. Es como que la gente sabe que sigue ganándose la vida cantando, pero a nadie le interesa particularmente el qué canta, salvo que seas el que programa las canciones en el Canal Fiesta. Pero es artista, que ya es algo. Si TVE necesita a alguien para interpretar cualquier jingle promocional como muy cañí, ya sea la sintonía de la Vuelta a España o la intro de Amar en tiempos revueltos, llaman a Nuria. Ahora, cuando no se requiere de sus servicios, y se la deja sola a idear, es cuando entramos en terreno farragoso.

Para esta versión de la inmortal Rocío Dúrcal, Fergó convoca a Marina Carmona, hija de Antoñito el de Ketama, del que esperemos no haya heredado su incapacidad para pronunciar la mitad del alfabeto. Es un tema difícil de arruinar, un lamento épico que personalmente canto al menos tres veces al día, después de cada comida. Y tanto Nuria como Marina, que se arrullan a través de la única cabina telefónica del Tehuacán, tienen voces dignas, aunque el estribillo peca un poco de sonar como un karaoke después de la cena de empresa. Empastan menos que las lentejas con Nocilla, pero son muy poderosas, como las lentejas con Nocilla.

6. Verónica Romero, "Mi inspiración"


¿Ha salido en el Mediafest?: Claro, feat. Geno.

Vero es de las que ha pasado más desaparecibida pese a lograr un más que notorio sexto puesto, haciendo frente a una grave carencia de musicalidad que sin embargo no ha puesto frenos a su longeva carrera. Aunque en épocas más recientes se la relaciona más con el fisicoculturismo que con el cante, y hay que decir que tiene los abdominales como el icono de Windows, no ha desistido en sus intentos de que alguien escuche aunque sea una canción suya, y supongo que hoy, por una vez, ha tenido éxito. Veamos qué inspira a Verónica, aparte del pilates.

El videoclip nos presenta que la verdadera motivación de Verónica son los maromos con sombrero cowboy y la mismita melena de Bonnie Tyler. En un gender reversal encomiable es ella quien conduce mientras el pelo mimbre menea su escote esteróidico al viento. Hacen planes de pichoncitos como cruzar arroyos descalzos una y otra vez, grabarse con una camcorder como si estuvieran en Stranger Things, y atusarse sus sendas cabelleras, que supongo que son actividades mejores que la de Vero en solitario, simplemente despatarrarse en el capó de un Triumph TR4. Cuando el Sansón de pitiminí se pone una bandana a lo Axl Rose, Vero pasa a un segundo plano. Muy duro ver como el macizorro de turno, un ex-Gran Hermano Italia que hizo una vez de policía en Alerta Cobra eclipsa el protagonismo de nuestra heroína. Al menos se da un gusto al ego cuando en los créditos del vídeo nos regala unas cuantas instantáneas de ella con sus fans en diversos parajes como la meta de una media maratón, un congreso de ocultismo hindumasónico o un restaurante de Carabanchel. Quizá haya que revisitarla otro día, porque parece que su vida da mucho juego.

5. Manu Tenorio, "La nave del olvido"


¿Ha salido en el Mediafest?: Cómo no. Mi duda es por qué los colocan a todos con la mujer de Ortega Cano.

Manu parecía destinado al éxito patrio, el que esperó a su tocayo Carrasco, pero por motivos inexplicables, solo nos acordamos de él en las galas de "Murcia, qué hermosa eres", un oxímoron del que hablaremos en otra ocasión. Por qué esté andaluz de ojos penetrantes y cara de pillo no es ahora mismo presidente del gobierno o algo mejor aún es algo que me elude, pero puede tener que ver con que, como su amiga la Fergó, ha hecho de la cover baladera clásica su hogar, y el target de ese tipo de música tiene 130 años de media. Salvo que seas Luis Miguel, y que quede claro, Manu Tenorio no es Luis Miguel, tus probabilidades de labrarte un hueco en la industria como crooner de crucero son ínfimas. Parece que Manu es el tripulante número uno de la "nave del olvido".

Dicho lo cual, en un vídeo armado con la paleta de colores del David Fincher más gris cerúleo, Manu no se sale de su línea. La canción es un standard mexicano, y la ha cantado todo chamaco de vecino, así que no sé que hace pensar a Manolillo que puede aportar algo nuevo. Podría, si le pusiera un solo de clavicordio, o cantara el estribillo sólo con la "e", pero la originalidad le es muy esquiva. El mayor derroche de idiosincrasia aquí ha sido hacer del making of el vídeo en sí, interrumpido con imágenes de Manu recibiendo un lap dance entre tinieblas. El tema despega un palmo del suelo cuando todo toma un cariz salsero y sailen bailarinas de colorinchis, pero para entonces han pasado cuatro minutos y pico y uno ya está en otra cosa. Quizá sus fans mojen braga con esto, pero es por la edad.

4. Chenoa, "El chisme"


¿Ha salido en el Mediafest?: Por alusiones.

Chenoa es muy reina ella, un tótem absoluto de este blog, pero la realidad es que por su trayectoria reciente, y pese a que está habitualmente mucho más en el candelero que, por ejemplo, Bustamante (una discusión con mi pareja sobre quién es más relevante hoy en día duró horas, y quedó aún sin resolver; yo defiendo la posición chenoísta), no es precisamente por cantar por lo que se le conoce. Hay niños que seguramente sólo sabrán que es la colaboradora de Zapeando, ese absceso de las post-comidas, y la jurado de Tu cara me suena, y jamás habrán oído "Cuando tú vas". ¿Os lo podéis creer? Por suerte para todo el mundo, de vez en cuando vuelve, como las golondrinas, y la última vez lo hizo con el treinta veces ganador de Mr. Sonrisa Venezolana, Carlos Baute.

Dos expertos en duetos codo a codo no podían fallar, pero aún así, y mal que me pese, la canción es un dislate. Carlitos desde una cabina telefónica (un analista salsero en condiciones establecería un nexo con el single de la Fergó de antes, y quizá lo relacionaría con el hecho de que Nuria no estuvo invitada a la boda de Chenoa, pero supongo que es mejor reservar esos deep dives para Shakira), y Laurita espléndida recostada en una cama de matrimonio se pelean de bromis haciendo un roleplay de pareja infeliz por algún rumor, tal vez infundado, tal vez no, ¿qué más da? Si aquí lo importante son los Takis Hot con sabor a chile y lima, ¡tu snack enrollado! Así que todo este reggaeton facilongo era una excusa para vendernos ganchitos. Qué maquiavélico. Lo último que vemos es la frase "Chenoa aparece por cortesía de Alias Music", que viene a decirnos que ella no quería pero debía un favor. Si es así la perdono; si no, que se le atragante un Taki.

3. David Bustamante, "Instintivamente"


¿Ha salido en el Mediafest?: Todavía no está tan necesitado.

¿Dónde estabas cuando viste cómo Mister Jagger le partía el jeto a Bustamante en "La velada del año"? Como evento multi-generacional, el festival de boxeo no tuvo parangón, uniendo a niños y ancianos en un deseo común: que a Busta le calentaran el morro. Y a alguien ahí arriba le debemos de caer bien, porque se nos concedió: el cántabro, asfixiado ya al final del primer asalto, no tuvo ninguna posibilidad ante un rival más alto, más joven, y muchísimo más loco. Pero el combate era lo de menos, porque la intención del cantante era refrescar nuestras memorias, que lo pintaban como un artista acabado tras un dramático divorcio y una pérdida de trascendencia similar a la de Ciudadanos, pero menos triste.

Uno de los momentos más confusos de aquella contienda fue la entrada al ring, en la que Bustamante mismo sonaba por megafonía con un tema para todos ignoto. "Instintivamente", según parece. Sana autoestima motivarse con su propia voz, tan propensa a gorgoritos indebidos. Y si ha pagado o no a Everlast por pervertir su logo en pos de darle un aire pugilístico a su single, no queda claro, pero admiro la desvergüenza al hacerlo. La canción difícilmente podría ser menos épica, por mucho aporreo de tambor que tenga, pintando a Bustamante como un lobo herido de mensaje confuso pero que aúlla. Dado que la trayectoria como boxeador de David parece bastante sentenciada, espero que algún otro campeón de los pesados recicle el tema para sus lizas, aunque no me imagino a Canelo entrando con esto ni a la consulta del dentista.

2. David Bisbal, "Quiero ser yo (Ese hombre)"


¿Ha salido en el Mediafest?: No creo que tenga que rebajarse a eso nunca, por suerte.

Bisbal transcendió Operación Triunfo casi de inmediato para convertirse en el mayor artista del pop español del momento, status que ha peleado por mantener durante dos décadas. Tal es el amor que le profesamos a sus tupidos rizos rubios que le hemos perdonado dejar a Chenoa plantada y en chándal. Y aunque la batalla se ha puesto más cuesta arriba cuanto más han pasado los años, el Bisbi ha conseguido casi siempre tener un single ahí, sonando en las radios, y llenar conciertos en cualquier sede que se proponga. El anterior tema al que nos ocupa, "Tú me delatas", está cada cuarto de hora en Cadena Dial (no preguntéis), representando el salto de David al mundo del retro-disco, porque si The Weeknd y Dua Lipa pueden, ¿por qué no iba a poder también un muchacho de Almería con la cabeza llena de sueños?

En "Quiero ser yo (ese hombre (que está ahí (no, ese no, el otro)))", Bisbal se rodea de Los Ángeles Azules, los Siempre Así de la cumbia, un género que esta horrible sociedad ha convertido en sinónimo con los Vengadores y Dragon Ball. Y huelga decir que este intento de combinar los dos mundos no tiene un microgramo de chispa, y eso en un estilo musical que ya de por sí parece autófago hasta decir basta. El multitudinario conjunto está integrado por señores muy mayores que aterran en las distancias cortas, y un par de mujeres de aparentemente más corta edad: una sujeta dos palos como si tocara un violín, y la otra agita un misil antiaéreo. En el B plot, un par de vándalos enamorados se camela por las calles, y en un momento dado la plana mayor de Los Ángeles Azules, con Bisbal, escolta al novio para que entregue unas flores a su amada. El arcángel jefe nos dice "de Iztapalapa para España, y de España para el mundo", así que la canción es un poco como la gripe de 1918, pero más fatídica.

1. Rosa López, "Puertas abiertas"


¿Ha salido en el Mediafest?: Es prácticamente la main attraction.

Ay Rosa. Rosa, Rosa, Rosa. Bendecida con una voz privilegiada, de un color especial muy difícil de replicar, uno que jamás se había oído en nuestro país y que le llevó a un merecido primer puesto en OT, su carrera ha estado plagada de sombras. Está claro que una vez salió de la academia nadie sabía que hacer con ella: su timbre hubiera brillado en géneros que aquí no se han tocado nunca, así que la opción era o bien llevarse a esa pobre criatura indefensa a ultramar, o hacer lo que se pudiera en nuestras fronteras. Lo que se pudo no fue suficiente. Acomplejada, martirizada y desgastada por la cultura de usar y tirar de nuestra industria, no llegó a tener alguno éxito después de su paso por Eurovisión. Su estrella se apagó casi antes de encenderse. Y aunque se ha dejado ver, frecuentemente, durante todo este tiempo, no ha trascendido canción alguna.

"Puertas abiertas" no parece haber cambiado la tendencia, a juzgar porque no la he escuchado ni de rebote. Y haciéndolo, me cuesta despotricar. No porque la canción sea buena, que ni se acerca, por muchos preciosos patios granaínos y vistas de la Alhambra que aparezcan. Sea lo que sea lo que ha borrado su antigua voz del mapa, si fue años de desgañitarse con florituras o el pinchazo de un misterioso líquido en el trasero, ha sido fulminante. Y claro, ella lo sabe, y eso se retroalimenta y crea una bola espantosa. Pero la realidad es que es cualquier canción, cantada por más o menos cualquiera. Y se nos ha privado de algo más. 

Una nota triste para terminar, supongo. Pero, con sus altos y sus bajos, los dieciocho triunfitos no han cesado sus esfuerzos de resistir en el panorama musical, una tarea encomiable independientemente de que los resultados hayan sido, y más en este surtido fresco que hemos repasado, entre mediocres y obscenos. Su público tendrán. Había quien hace veinte años no daba un duro por ellos, que era una burbuja inflada artificialmente por megalómanos (cosa cierta, por otro lado), pero han demostrado tener una resiliencia inesperada. No me sorprendería que en otros veinte años pudiera hacer un artículo similar. Eso sí, temo por lo que tendrían que aguantar mis oídos.

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