Este va a ser un artículo menos al uso porque está centrado en torno a algunos descubrimientos recientes que me han cambiado por dentro y hecho ser mejor persona, o al menos una distinta en formas anteriormente insospechadas. Vuelvo al tema fetiche de Operación Triunfo, y más en concreto retomo en el punto exacto donde lo dejé: con una Rosa López victoriosa que por azares del destino no supo o le impidieron consumar su carrera hacia el estrellato.
Hay dos vías de pensamiento, bastante compatibles, sobre por qué ese fue el resultado. La primera, que su carrera se orientó hacia un pop latino facilongo como el que hacían sus compañeros, en lugar de convertirla en la Joss Stone de Granada, ignorando que tampoco es que Joss Stone alcanzara las cotas prometidas por su primer par de discos, como demuestra el hecho de que te estés preguntando "¿quién carajo es Joss Stone?"
La segunda vía postula que fue víctima de múltiples fatalidades todas conectadas al hecho de que las personas que deberían haber sido responsables de que una muchacha de 20 años no sucumbiera ante la presión del nuevo mundo en el que estaba sumergida fracasaron en todos los aspectos: su padre era un vigilante de seguridad reconvertido en Coronel Tom Parker que esta igual de preparado que ella o menos, la discográfica se traía unos tejemanejes con los contratos importantes, y los gestores de sus giras la tenían machacada a conciertos, lo que desembocó en una pérdida de voz que pudo ser acelerada o no por una inyección en el pompis de un líquido aún por identificar.