Siete son los pecados capitales y siete son los años que llevamos reuniéndonos a horas intempestivas para un apasionado propósito: crear un Hall of Fame que sume entusiasmo, vergüenza, risas, intentos de perder la audición y ganas de bailar a partes iguales. Una lista de personajes quizá no inmortales pero si inolvidables en el que se juntan la desvergüenza de Tongo con la atrevida Leticia Sabater. ¿Cómo olvidar los icónicos raps del Tito MC, el pompón de María Figueroa, el "ordenata desteñío que se mete en internet cuando le mola" de Santa Justa Klan, o cómo el deseo es un volcán como sostiene Ríos de Gloria?
La ceremonia de decisión es de todo menos fácil. Es toda una pelea sin cuartel en el que los insultos y descalificaciones son constantes y más de una de las decisiones tomadas son calentones y arrebatos de violencia. ¿Cómo olvidar la polémica por el Payo Juan Manuel o Luixy Toledo? ¿O los argumentos en favor de que Jon Sudano y Blood of The Black Owl no terminaban de encajar? Tanta tensión ha hecho que quizá haya más desertores de lo habitual en esta edición, e incluso mi ordenador ha decidido suicidarse, pero nos hemos adaptado para seguir ofreciendo una serie de personajes que sin duda formarán –por suerte o por desgracia– parte de nuestras vidas para siempre.
Adrián Gándara
1. Aqua
Me parece una injusticia histórica que, de todas las épocas que pueden pasar por un revival, nadie hasta el momento haya considerado necesitado resucitar el eurodance. Sí, hasta cierto punto PC Music es un trasunto de ello, con su electrónica androide y las voces tan aniñadas que rozan lo inquietante, pero nadie se ha acercado a la dictadura del plástico que impuso Aqua a final de los noventa.
Son inseparables en mi recuerdo de los chicles Boomer y de la Game Boy. Dame color, dame peinados estrambóticos, inyéctame en vena a Barbie y a Ken en su piscina, y ponme una saturación cuyos niveles solo puedan compararse con los de su glucosa. No puedo más que rendirme con la más profunda reverencia al grupo que nos ha dado la obra maestra que es "Doctor Jones", no hablemos ya de "Lollipop" o "My Oh My". Reto a cualquiera, incluso al grinch más reaccionario (si es que ya no es de carcas hablar de Aqua en términos tan encomiásticos) a poner cualquier canción de estos escandinavos, y no terminar un poco, aunque sea un poquito, más feliz. Bienvenidos, Aqua: este es vuestro hogar.
2. Bev & Bob
Paseas tranquilo, una noche cualquiera, en las desiertas calles de Greenfield, Indiana. Los grillos cantan, el viento silba y, oh, tienes un saco en la cabeza y ahora estás inconsciente. Cuando despiertas, Bob te ata a una silla de madera mientras Bev, despreocupada, afila un machete. "¿Vais a matarme?, preguntas entrecortadamente. "Sí", responde Bob, como si esa fuera la conclusión obvia de todo aquel proceso. "Pero antes... ¿te importa que cantemos karaoke?".
Y como tantos otros titanes, Bev and Bob, votados en el instituto como la pareja con más posibilidades de tener una fosa común bajo el huerto de las petunias, desenrollan su pantalla verde y se desgañitan, mientras que tú no puedes más que presenciarlo sabedor de que, salvo milagro, será lo último que veas. No sabes si es "Bring Me to Life", "Chop Suey" o "Call Me Maybe", porque no es que sean prodigios del bel canto, pero tampoco tienes valor para decírselo porque, incluso en circunstancias tan adversas, siempre hay un destino peor que la muerte. Por ejemplo, no sé, que canten otra.
3. Chayanne
Chayanne es capaz de robarte a tu novia, a tu novio, a tu madre, a tu perro y a tu charcutero de confianza, todo con la sonrisa más blanca y perfecta que te puedas imaginar. Si Kinsey hubiera conocido a Chayanne, hubiera añadido una opción más a todas las preguntas de su test. Y francamente, Pedro Sánchez solo es presidente de nuestro país porque si entrecierras los ojos se da un aire a este adonis.
En el mundo fantástico del portorriqueño, si te quiere seducir le parece totalmente factible ponerse traje de luces y matar a un animal de media tonelada solamente pa que sepas que te quiere, como si hubiera algún tipo de correlación entre ambos hechos (y como si no le bastara con medio meneo de cadera para que se te moje la chirla). Ritmo le sobra, desde luego, y está tan cómodo en el terreno de "canción happy flower para funciones de graduación" como el de "inspirar a Elon Musk". Si eso no es polivalencia, que venga Dios y lo vea.
4. David Bustamante
Bustamante hizo bastante más por desmentir el absurdo mantra de "los chicos no lloran" en diez minutos de OT1 que The Cure en todos sus conciertos de los últimos 40 años. Encontró su huequecito de mercado musical como el muchacho simplón pero sensiblote (hasta el punto de que el estribillo de la que es quizá su canción más célebre refuerce hasta la saciedad esa descripción), aunque en años recientes es más probable encontrarlo de invitado en Pasapalabra que dedicándose a eso del cantar.
Podríamos echar la culpa a la piratería de que su ubicuidad se haya visto diezmada, o quizá a sus dramas post-matrimoniales, pero si hay algo que podría haber resurgido su carrera, insuflado un último hálito al languideciente candelero de este humilde cántabro, es su último disco. En él, en lugar de optar por los arreglos latinos de sus primeros pinitos musicales, se tira directamente a la vía del "acabas de ganar la Copa Champiñón en el Mario Kart 8" mientras repasa sus mayores éxitos. No creo que haya tenido gran repercusión, desgraciadamente, así que el pobre David seguirá en su casa, esperando que empiece Masterchef.
5. Joe Exotic
¿Os acordáis de Joe Exotic? El mes en el que salió su rocambolesca docuserie se convirtió en un icono. Un icono problemático, por supuesto: un traficante de grandes felinos obsesionado con destruir a la ya de por sí cuestionable Carole Baskin, un victimista, un preso, un pobre hombre viudo, un explotador que tiene más empleados que extremidades de empleados en su zoo del horror, y así sucesivamente. Y a las semanas de su ascenso, vino su vertiginosa desaparición, con ocasionales titulares absurdos sobre supuestos indultos y candidaturas a la presidencia.
Like it or not, Joe es carne de todo Hall of Fame donde se celebre aquello que sea lo más esperpéntico posible, y cuando, en su imparable campaña por acabar con la reputación de la animalista Baskin, se pasó al mundo de la canción... bueno, era cuestión de tiempo verlo aquí. El imaginario musical de Joe es muy simple: tigres gurdus bien, Carole Baskin tirando a mal. Este hall of fame necesitaba un poco del buen country de toda la vida, pero supongo que nos hemos tenido que conformar con Joe.
Lo que también necesita nuestro insigne salón es que, como cada año, honremos a alguien que nos haya dado horas de contenido sin ser, necesariamente, artista musical. Este 2021, tenemos el enorme de presentar a la más reciente incorporación del Hall de los Inmortales:
Ana María Polo
El género de la telerrealidad judicial es una mina de lo morboso, pero Caso Cerrado se lleva la palma en cuanto a lo que es pasarse la verosimilitud por el arco del Triunfo. Y al timón quién si no la Doctora Ana María Polo, intérprete de su propio intro theme, como Shawn Michaels. La jueza no es precisamente un adalid de la imparcialidad, y sin miramientos reprenderá a acusador o acusado, dependiendo de lo que le apetezca a ella, con una vehemencia que me hubiera gustado verla en Nüremberg.
El canal de Youtube de Caso Cerrado es el súmmum del clickbait, porque es absolutamente imposible no picar en títulos como "Lectura anal", "Sexo cebra", o "Perreo, pero no soy perrita" pese a que en el 90% de las ocasiones acabe encerrando un drama atroz sobre inmigración ilegal, abusos de todo tipo, o divorcios conflictivos. Al menos quedan esos momentos de sobreactuación a deshoras donde la jueza blande el martillo contra el malhechor, como una Jane Foster cubana de mediana edad, y por un momento pensamos que si estuviera la doctora en todos los tribunales del mundo, éste sería un lugar mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario