domingo, 15 de julio de 2018

Levantar la Tapa: Hall of Fame 2018

Prólogo by Diego Esteban Barranco.

El jefe me ha pedido que haga "un prólogo sobre por qué la democracia burguesa parlamentaria ejemplificada en este streaming da asco". Así que vamos allá.

Otro año más, reunidos en cónclave la endogámica redacción de este nuestro blog (, yo a pesar de que trabaje menos que los Reyes Magos también cuento) nos hemos puesto a decidir a los 10 artistas que, por su excelsa contribución al cringe, merecen un puesto en nuestro Hall of Fame.

¿Las reglas? Nominamos 36 nombres de entre lo mejor-peor del panorama actual (menos La Monja Enana) y por turnos cada uno elegía a uno para ser eliminado. Para evitar egregios errores, cada uno contábamos con el derecho a vetar una vez la decisión de echar a un artista. Todo ello por el chat de CyTube, al más puro estilo del 2004.

¿Funcionó? PUES CLARO QUE NO, ¿QUIÉN HA SIDO EL GENOCIDA DE CALAMIDADES QUE HA QUITADO A TONGO Y HA DEJADO A PAULINA RUBIO? ¿DÓNDE ESTÁ JON SUDANO? ¿Y CHAYANNE? DADME MAYÚSCULAS MÁS GRANDES

¿O quizá ? Hemos conseguido insultarnos entre nosotros y que Jorge eche espuma por la boca; en sus palabras: "habéis logrado lo imposible, que es QUE EL HOF ME IMPORTE UNA PUTA MIERDA".

Así que, sin más dilación, mientras espero a que me llegue un sobre con ántrax mis honorarios, os dejo con los 10 hombres, mujeres y colectivos que conforman esta caterva de la vergüenza ajena


1. Camela


Que Camela haya tardado cuatro años en aparecer por estos lares es testimonio indiscutible del pobre criterio de nuestro jurado a lo largo de los siglos. El público de este trío de tecnorumba es extenso, y no se reduce exclusivamente a los que frecuentan gasolineras y polígonos industriales, derrapando pobremente con un Ford Fiesta con calcomanías tribales y un alerón recién instalado que aumenta su capacidad aerodinámica igual que si le pones una imagen de la Virgen de Guadalupe.

Camela debe ser escuchado embutido en un chándal de Joma, solo así se entienden loas como "Cuando Zarpa el Amor", un canto a esa fuerza que lo mueve todo y que cuenta con un videoclip dirigido por Jota Bayona (que se puso a los mandos en nada menos que seis vídeos de Camela) que merece un capítulo aparte por su grandiosidad John Ford-iana. Decenas de canciones de la banda tienen un número de reproducciones en Youtube que llega a los millones, y no es difícil de explicar. Ángeles, Dioni y (el recientemente salido de la banda) Miguel Ángel aunaron el pachangueo post-bakala con la sensibilidad flamencoide que siempre ha tenido un éxito descomunal, y nadie ha conseguido replicar su sonido hasta la fecha. Los hits están ahí: "Sueño Contigo", "No Puedo Estar Sin Él", "Amor Imposible". Nadie puede encontrar inexplicable su inclusión en este Hall of Fame como outsiders que se convirtieron en símbolo de todo un pueblo.

2. Chimo Bayo


A todas luces, Chimo Bayo parece un cosplayer de Tommy Wiseau disfrazado a su vez de Power Ranger y con una gorra de la URSS por motivos que jamás nadie alcanzó a entender. Y sin embargo era un profeta

Chimo Bayo no puede ser visto como un artista musical porque no lo es. Nadie de esta lista lo es, de hecho, pero Chimo es el único que trasciende su campo para convertirse en algo mucho más importante. Lo que voy a decir ahora es un secreto que probablemente me cueste la vida pero alguien tiene que anunciarlo: Chimo Bayo vino del futuro para darnos un mensaje, un mensaje que en la lengua que usará la humanidad dentro de 500 años cambiaría el curso de la historia y nos permitiría superar los límites del espacio-tiempo y así iluminar a la raza y sembrar la paz y la prosperidad de una vez por todas. Por desgracia, el mensaje no pudo ser transcrito a ninguno de los idiomas ahora existentes, así que solo nos quedamos con los fonemas: "¡UH HA! CHIKITAN CHIKITITAN-TAN-TAN QUETUMBAMBAM QUETUMBAN QUETEPETEPE TAMBAMBAM QUETUMBAN QUEPEN".

Tuvo que simplificar el mensaje, pero algo se perdió en la traducción, porque si esto es lo que va a salvar a la especie, estamos apañados.

3. Dalas


Dalas tiene un fular color burdeos, y hasta ahí las cosas positivas sobre él. Opino personalmente que no debería formar parte de esta institución, y yo defendí hasta cierto punto que El Payo Juan Manuel entrara. Eso puede dar una idea de mis sentimientos hacia Dalas, creo yo.

Dalasito Pambisito aparece aquí apoyado por el demérito de "Escoria", un intento de hacer la gracieta con el clásico de Umberto Tozzi que consigue, en menos de tres minutos, destruir todo el poder curativo y milagroso de la música con una interpretación que no tiene un maldito aspecto que la redima. La letra es nefasta, escrita obviamente en menos tiempo del que se tarda en cantar, y el hecho de que Dalas no es un cantante profesional es más que aparente

Por el motivo que fuera, sin embargo, algún gusanillo le dio a Dalas de probar a cantar en serio, y con la ayuda de profesionales su voz pasa de ser quizá la cosa menos agradable del mundo a algo que simplemente preferirías no volver a escuchar jamás. "Closer" de los Chainsmokers quizá no es la canción más apropiada para cantar a dúo con tu hermana de 10 años (entre otras cosas porque es un tema aberrante), pero tampoco lo es sacarla en vídeo con el novio mientras pregunta con demasiado interés cuántas veces se han besado. Pero bueno, juzguen ustedes.

4. Daler Mehndi



El afable y entrañable Daler Mehndi es quizá la única persona del Hall of Fame sentenciada por tráfico de personas. De momento, al menos

La industria del entretenimiento india suele reducirse en Occidente a Bollywood, con sus galanes apuestos, sus mujeres de voces atipladas y sus coreografías masivas y coloridas. Daler Mehndi cumple alguna de estas características, pero de la manera más lowcost posible. En "Tunak Tunak Tun", el éxito que le ha encumbrado a estas cimas, el presupuesto da para efectos especiales similares a los que usaban para las reconstrucciones 3D de las pirámides de Egipto en esas enciclopedias que venían en CD-ROM. Daler se cuadruplica, simbolizando quién sabe si los elementos, las estaciones, o los jinetes del apocalipsis: sus personalidades parecen tener beef las unas con las otras, solo pospuesto por la necesidad de mover el esqueleto de las maneras más insospechadas: un movimiento de dedos que se agitan como tocando el bajo y que podría convertirse en el paso de baile más popular en todas las discotecas de la Alpujarra.

El exotismo de su música unido al carácter freak de sus vídeos lo convierte en una apuesta segura para este Hall of Fame, al que le damos la bienvenida.

5. Epaksa



Este es el año de los "one-hit wonders", y Epaksa, apodado en varios ambientes como "el nipón coreano", no es una excepción. Epaksa es prueba viviente de que en el sistema de aguas de Seúl hay una cantidad insana de hormonas de caballo que provocan la existencia de seres inexplicables. En cada foto que se encuentra de este misterioso personaje, puede aparentar ser una especie de cowboy del lejano oriente, la versión coreana de Raphael, o la versión coreana de Cañita Brava, según la ocasión.

Su música técnicamente pertenece al género tecno-trot, que no lo que es, pero supongo que está compuesta como el equivalente musical a meter la cabeza en una máquina de pinball. Lo que empieza como una versión algo alocada del "YMCA" de los Village People nos acaba llevando por un viaje extraño y maravilloso a la psicodélica mente de Epaksa, una mente que existe más allá de los límites del espacio y del tiempo. No es recomendable escucharlo más de cinco minutos seguidos, porque puede llegar a completarse el ritual coreano del ascensor y que seas transportado a un universo paralelo sin saberlo. Tal vez sea un riesgo que merezca la pena.

6. La Monja Enana


Como este es mi artículo, puedo decir abiertamente que La Monja Enana es el primer grupo que entra en el Hall of Fame simplemente por tener un artículo en esta página web y por darse cuenta de ello en Twitter. Porque reconozcámoslo, La Monja Enana no pinta aquí nada.

Los artistas de Hall of Fame suelen tener en común su mal gusto a la hora de existir, y las excepciones (Blood of the Black Owl, sigue molestándome sobremanera) desentonan. Ahora se suma La Monja Enana, cuyo objetivo nunca fue ser tomados en serio, ni siquiera fingir serlo. Si ahora son atributos halloffameables pronunciar el inglés mal (dicen "lobecraf" en lugar de "lofcraft", fíjate) y cantar sin ganas, el año que viene podemos tener en nuestras filas a... no , alguien. Total, La Monja Enana hacen canciones monis de robots y criaturas de las profundidades. No qué tiene de malo, y esto abre el camino a que otras bandas underground con altos niveles de ñoñismo (La Casa Azul o Papá Topo, que están también en Elefant) se incorporen al Hall of Fame. Es inadmisible, y exijo que la cosa cambie.

7. María Figueroa



207 millones de personas han visto el vídeo del pompón. Yo tampoco me lo creía, pero las cifras están ahí. Necesariamente, es un fenómeno que se ha expandido más allá de nuestras fronteras. La niña de Juan y Medio, el mismo individuo que dio a conocer al mundo a los Gemeliers, es una estrella, una estrella que tiene ahora 18 años y probablemente quiera seguir siendo cantante, ignorando el hecho de que lo que la gente quiere es más pompón.

Tocar techo a los cinco años es duro para cualquiera, y lo cierto es que María y su pompón no tenían de especial más que una cosa: una memoria prodigiosa para aprenderse coplas y pasodobles. Una vez te sabes algo como esto, rimas como "no me llamo Isabel porque no juego al ajedrez" no tienen mucho misterio. Y lo que es cantar, poco: su voz era como uñas en una pizarra, pero más desagradable, pero también es verdad que si cantara bien no hubiera vendido tantos discos. Lo que se comercializaba aquí no era talento, si no precocidad, lo cual es bastante preocupante.

8. Paulina Rubio


Hubo un momento de la historia en que mencionar a Paulina Rubio y Shakira en la misma frase no era una insensatez, pero ese momento pasó hace mucho. Pau tuvo hits a raudales, uno detrás de otro, a mediados de los dos miles. Era una Madonna mexicana, que inspiró a toda una generación a pensar que sonar sexy es pronunciar las eses con mucho asco. "Baila casanova", "Ni una sola palabra", "Y yo sigo aquí"... Era una contendiente a diva latina con el mundo a sus pies.

Y algo pasó: la mujer que consiguió sobrevivir a una relación con Ricardo Bofill vio a sus contemporáneas sobrepasarla y se convirtió en mero material de petardeo. Por eso nunca tendremos a Shakira o Jennifer López en el Hall of Fame, por muchas bicicletas o anillos sobre los que canten: se han sabido adaptar a la época y dominar las pistas de baile, mientras que Pau tiene suerte si la llaman para abrir el Starlite de Marbella.

9. Sabinillas Boys


Sabinillas es un campamento juvenil de verano al que cada año acuden miles de niños para hacer amigos y recuerdos que luego probablemente puedan obtener pagando por un DVD que jamás verán. Pero no todos tienen esa suerte: algunos ven sus recuerdos hechos público, y eso no siempre son buenas noticias. Desde luego, no para los Sabinillas Boys.

En una adaptación anti-musical del "I Want It That Way" de los Backstreet Boys, nuestros jóvenes avanzan por la canción como un buey en una cacharrería. Dalas es Jacques Brel comparado con estos chavales. En esta oda a la frustración sexual preadolescente, con rap de monitor incluido, los chavales no dan una nota bien. Es más difícil cantar así que entonar. Y cuando se lanzan a la armonía, el resultado es cacofonía pura. Un muro de disonancia que haría tiritar al mismísimo Iannis Xenakis. Y hablar de Xenakis, Brel, y los Sabinillas Boys en el mismo párrafo significa que merecen estar aquí.

10. Yurena


Yurena, el juguete roto de la generación televisiva friki, se presentó en nuestras pantallas como Tamara (entre medias fue Ámbar, como los semáforos), una joven de Barakaldo con una madre hooligan y unas conexiones cuestionables que intentaba abrirse camino en el circuito musical del norte de España. Su séquito de inadaptados como Leonardo Dantés, Toni Genil y Paco Porras se convirtió en el principal tema de conversación de la industria sensacionalista durante meses.

Fue la edad de oro de la prensa rosa. Quien no lo vivió, quien sólo conoce a las Esteban, las Lapiedra, las Suescún del mundo, no puede ser consciente de cómo Tamara y asociados cambiaron por completo el mundo del corazón. Y fue su ineptitud musical la que detonó en buena parte el fenómeno: "No cambié" se convortió en un himno que rivaliza con "A quién le importa", mientras que "A por ti" imagina a Tamara como una leona de la noche, pese a que sea imposible encontrar a alguien menos apropiado para el papel. Su carrera es digna de tesis doctorales, y su presencia en este hall llega tarde, pero llega.

Por último, siempre elegimos a alguien cuya relación con la música es a veces frágil (en este caso no... ¿o ?), pero que es muy querido por los miembros de Levantar la Tapa, en una especie de Hall Inmortal aparte. Este año la decisión fue sencilla, y es por eso que damos la bienvenida al Hall of Fame de Levantar la Tapa a...

OT 2017



¿Quién iba a decir que Operación Triunfo iba a paralizar al país otra vez en 2017? Y ya no solo al país: las galas de OT eran de visionado obligatorio para nuestro grupo. Volvían los bandos, el shippeo, los gorgoritos y los gallos... Volvía OT.

No querría dejar de mencionar a ninguno de los concursantes. Porque OT no sería lo mismo sin aquella primera expulsión de Mimi, tan polémica, y que la convirtió en una mártir del mundo diva. Ni sin Juan Antonio, nuestro gitano, que se pasó una gala 0 un semitono por encima sin notarlo siquiera. Sin Thalía, la olvidada, la que se ponía a bailar sola por su cuenta ajena al hecho de que decenas de miles de personas la estaban viendo. O Marina, la que parecía destinada a ser la nueva Rosa pero, tal vez, se convirtió en algo más importante. Ricky, Robbie Williams y Tyrion Lannister al mismo tiempo, con una última actuación inolvidable. Mireya y sus taconazos, Raoul y su "A Million Reasons". LUIS! CE! PE! DA! Nerea, la princesa Disney que apelaba a la Virgen de Guadalupe en momentos de exaltación. Roi, el sapoconcho, que hacía casting para su grupo de amiguetes. Agoney, divo máximo. Ana War, bikina, reina del musical y de nuestros corazones. Alfred, el trombonista outsider que nos hizo soñar y seguir las luces. Miriam, la leona que se reía ella sola y dejó de ser invisible. Aitana, el flequillo de la academia, la mitad del ship que definirá una época, y una niña con un potencial sin límites. Y Amaia de España, nada surfera que es de Pamplona, feminist icon, flatulenta, intérprete del Kanka y el futuro de la música en español.

Qué fan sueno. En fin, opínese lo que se quiera y con el cinismo que se guste sobre la industrialización del talento que, ande yo entretenido, me viene dando igual porque los discos de Radiohead no van a desaparecer de mi estantería

No hay comentarios:

Publicar un comentario