viernes, 9 de septiembre de 2016

Daniel De Dios - Siénteme 33 (2015)



Siempre es más doloroso juzgar a un artista desconocido que a alguien consagrado, por muchos motivos, incluyendo el hecho de que es bastante más probable que el principiante acaba encontrando la reseña y eso le afecte profundamente. Salvo en el caso de Mingo, que lo tenía merecido por motivos que resultan más que aparentes tras leer la maravillosa crítica de Panmios, no es mi intención finalizar carreras con opiniones crueles y destructivas. Así que me limitaré a ser buena persona, o a intentarlo al menos.

Dicho esto, este ejemplar del disco que me agencié, como casi todos los demás sobre los que aquí escribo, por un eurillo en una tienda de segunda mano, está firmado igual que lo estaba el de Mariano el Taxista, que de hecho compré el mismo día. El autógrafo del artista está datado del 14 de mayo de 2016. Teniendo en cuenta que el artículo de Mariano fue escrito el 11 de junio, la tinta no se había secado todavía cuando el propietario del CD decidió deshacerse de él. Cierto es que pudiera ser que por algún motivo Daniel De Dios fuera quien regalara el álbum a la tienda, pero de no ser así, resulta bastante demoledor. En cierto modo, me quita un peso de encima, porque cualquier cosa que diga a continuación no puede ser más insultante que ese hecho.


A juzgar por la portada, espero escuchar a algún tipo de aspirante a sucesor de David De María, o similar, que supongo que podría ser peor. Podría ser Álex Ubago. Ahora veremos, digo yo. Que conste en acta que poseo una edición especial del disco, que ni siquiera es la que refleja la portada de arriba, si no una con el subtítulo 33 y cuyas letras aparecen en mayúscula y negrita. Sin abandonar el Courier New, que le da a todo mucha clase, claro.

El primer tema lleva como nombre "Qué Importa el Silencio", que es una declaración bastante irónica. La he escuchado tres veces y no se me ocurre prácticamente nada que decir. Pero qué importa el silencio. Como primera impresión, deja algo que desear. Es más Ubago de lo que desearía, aunque con algo más de sangre en las venas. Creo que la mejor manera de definirlo es que, si Daniel De Dios fuera un concursante de Operación Triunfo, sería el rockero de la edición. Con todo lo que eso conlleva. El estribillo es muy simple, pero también es lo mejor de la canción, aunque se repite hasta la saciedad y no deja de ser una palabra y dos acordes.

"Siénteme" abandona el terreno de la balada para adentrarse en el pop rock con órgano, lo que siempre es un plus. Empiezo a sentir, pese a que es sólo la segunda canción, que la variedad lírica no es el fuerte aquí: es el segundo estribillo que incluye la palabra "bésame", y también la segunda canción en la que suplica a su interlocutora favores de carácter senusual. Y con títulos como "Abrazado a Tí", "Amor Dónde Estás" o "Hoy Será Mía Por Primera Vez", no va a ser la última vez que nos encontremos con estos temas.

"Vuela" es como el single, o algo. Canción moñas de piano y sé que he prometido ser agradable pero este tipo de música me hierve la maldita sangre. El estribillo dice así como...

Vuela.
Y vuela.
Y vuela.
Y... vuela.
Y bésame


Quién soy yo para desmerecer a una canción que sólo tiene una palabra en el estribillo. "The One I Love", "Hallelujah", "Lola", "Debaser", y un largo etcétera. Pero Dios de mi vida, es que estas canciones tienen menos personalidad que un rodaballo.

Con la intención de llevar a cabo un análisis científico, voy a reproducir en su integridad la letra del tema siguiente, "Y Ahora Tú Ya No Estás Aquí (Pero Bueno, Qué, A Ver Que Le Vamos A Hacer Y Tal)".

(Intro de Wonderwall)
Mírame y díme que ya no me quieres 

Pensaba que ya no estaba aquí. ¿Cómo te va a mirar?

No me hagas más sufrir, sin tu amor yo ahora no soy feliz

Tal poesía merece ser compartida en Tuenti, como mínimo.

Desde que tú te fuiste mi vida ya no es igual
Desde que te marchaste mi vida ya no es igual

A vecer decir lo mismo con otras palabras es como expresar cosas iguales pero utilizando palabras distintas.

Sé que la distancia hace el olvido

Villa Cliché. Población: tú.

Y algún día entenderás
Palabras, hechos, sentimientos
Algún día volverán

Te JURO que volverán.

Y ahora túuuuuuuuu ya no estás aquí
Tus caricias y tus besos, tus recuerdos son eternos
Ya no estás aquí

Si no sabes cómo continuar el estribillo, simplemente repítete. Esta es la única regla que sigue el disco.

Mírame y dime que ya no sientes nada por mí

¿Qué clase de masoquismo es este? Aunque supongo que yo tampoco puedo decir mucho...

Comprendo que sea tarde, tus hechos ahora hablan por tí
Sentimos tanto juntos que cuesta tanto entender
Por qué no me contestas, te espero al amanecer

Esto ya da un poco de penica. Pero si se ha largado, no te contesta, y no se digna a mirarte, igual quedarte despierto esperándole no es buena idea.

(CHORUS REPRISE)

(REPRISE DE LA SEGUNDA ESTROFA)

(CHORUS REREPRISE)

(CHORUS REQUETEREPRISE)

(SOLO DE GUITARRA PASTILLERO)


Ahora mismo lo único que podría evitar mi rendición es un tema flamenquillo. O reggaetonero. Ambos géneros que Mingo domina. Sí, estoy diciendo que preferiría estar escuchando a Mingo. Por lo menos me hace sentir algo, aunque sean deseos homicidas.

"Abrazado a Tí" suena exactamente como parece. Queda claro en este ecuador del disco aproximadamente que hay exactamente dos variantes de canción aquí: "qué bien que estás", y "qué mal que no estás". "Amor Dónde Estás" es lógicamente del segundo tipo. Es complicado hacer algo más carente de... alma.

En "Mira Hacia Adelante" suena todo un poco a Fito, que es un cumplido a estas alturas. Hay un gancho de guitarra slide que está bastante bien, y en términos generales es el mejor tema del disco de momento. Hay algo sobre el tempo lento de balada que me hace perder por completo el interés, así que cuando empieza a haber algo de ritmo parece una cosa completamente distinta. No es un temazo ni mucho menos, pero se agradece y, si en lugar de sobrecargar el factor Cadena Dial el disco siguiera este camino, pues igual dejaría de ser un reto aguantar.

Como todo lo bueno dura poco, "El Tiempo Que Me Separó de Tí" vuelve a las viejas costumbres, aunque, no sé si porque el tema anterior me ha limpiado un poquito el paladar, me parece bastante mejor que lo que venía sonando hasta el momento. Un piano eléctrico hace malditas maravillas para conseguir un ambiente ligeramente melancólico, y esto cambia el entorno de la canción. No parece todo tan vacío, y el estribillo, especialmente el primero cuando se ha creado y establecido ese tono triste, resulta el mejor momento del disco. Sí, son las palabras "de tí" repetidas cuatro veces, pero paso a paso.

Quizá parte de esta fase de aceptación sea que mi cerebro está directamente bloqueando la letra de la canción a estas alturas, pero sea cual sea el motivo, van dos canciones buenas seguidas. No guardo muchas esperanzas para "Hoy Serás Mía Por Primera Vez", que de hecho incluye la frase "eres la chica de mis sueños y estás hecha para mí", posiblemente el fondo del barril en lo que a lírica se refiere. Con un título como ese esperaba algo más arriesgado, más explosivo, más Chayanne. Pero no.

El estribillo de "Desde el Alma" es la única cosa positiva quizá que tenga el tema, salvo que contemos el primer momento del disco en el que verdaderamente se puede decir "¿PERO QUÉ?". Si alguno de vosotros ha escrito una letra alguna vez, sabréis que no puedes poner un verso que tenga setecientas dieciocho sílabas porque no hay manera de encajar eso luego en la canción. Eso no impide a Daniel De Dios cantar lo siguiente.

El lenguaje de los sueños y las ganas de crearlos a veces privan de momentos que dejas pasarlos 
(esto sin pausa, pero nada que ver con lo que viene en unos segundos)
Momentos que no vuelven, y que te envuelven...
...
...
Tancercadetiquenovesynosientesqueestandoatuladoesamujertequiereh

Es especialmente gracioso porque viene inmediatamente seguido por el estribillo en el queeeeee extieeeendeeee laaaas sílaaabaaaaas deee formaaaa exageraaadaaaaaa. Ni tanto ni tan calvo.

Mi título preferido del disco es "El Cajón de los Recuerdos Perdido". Que se ha perdido el cajón, no los recuerdos. Bueno, los recuerdos también, si estaban en el cajón. ¿Pero cómo diablos pierdes un cajón? Habrás perdido el mueble entero, pero entiendo que "El Sinfonier de los Recuerdos Perdidos" no tiene el mismo gancho. En cualquier caso, Daniel se pregunta por la ubicación de dicho contenedor de manera un tanto pusilánime. Sabina guardó el mes de Abril en un cajón, que ya tiene su guasa, pero perdió el mes, no el maldito cajón. Que un día vas a perder la cabeza, hijo mío. La canción es otra balada pero no es balada de esta intensa que resulta vomitiva: esta es suave y elegante, musicalmente hablando, por lo que es de agradecer.

El último tema, "Mi Virgen del Mar", sigue esa suavidad al extremo. Me gusta imaginar que se tenía la intención de unir los dos ultimos temas para formar una especie de suite de ocho minutos, un verdadero homenaje al apocamiento. También me hace risa cuando canta "Y me devuelves mi alegríaaaaaa". En ese "íaaa" final parece el señor ese afroamericano que lloraba raro. Hay un minuto entero de piano en todo el medio mitad, porque había que cumplir cuotas o algo, y luego al final Daniel nos susurra: "un sueño en que creer... siénteme..." yyyyyy ya no voy a dormir.

Como final es, por lo menos, concluyente, que es más de lo que se puede decir de muchos otros finales. El disco es muy plano, poco creativo, pero hey, no puedo decir nada malo de gente que no hace daño a nadie y se limita a hacer música por muy magra que sea. 

VALORACIÓN: No levanto la tapa, sobre todo porque no voy a ser peor persona que alguien que tuvo la poca claridad de deshacerse de un CD firmado por menos de un euro, sea quién sea el que lo grabó. Si Daniel De Dios se convierte en una estrella y yo tiré el disco al inodoro, probablemente me tire yo después, pero del Faro de la Moncloa.

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