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euro. Miento. 33 céntimos (.33, período puro). Eso me costó esta… cosa. Como
contaba Quixote el otro día, pues ofertón en La Metralleta en discos basura. Y
la cosa fue como sigue, asín citando libremente: “llevas ya varios en español.
Ahora toca en inglés. Mira, este está en inglés y en español. Mira, versiona a
Queen. Lo compro”.
Lorena.
Reseñando
a no recuerdo quién dije hace tiempo, tanto en Rockrítico como por aquí, que
hubo una época en que Operación Triunfo le importaba a la gente. Esa época
pasó, aunque la historia es importante en esta reseña. El caso es que 2006 ya
no era esa época: por eso, si os digo Lorena, que fue la tipa que al parecer
ganó aquel año, no es como si os digo El Busta, El Bisbi, o la Rosa de mis
amores. En este caso, y con razón, os la trae al pairo. Bueno, y en los otros también, espero, pero de manera distinta.
Y
digo con razón porque el disco debut… En fin. Fue Risto Mejide el primero en
cantarle las cuarenta a esta joven por haber realizado un debut casi
íntegramente a base de versiones. La chiquilla se defendía diciendo que poco
tiempo para grabar un disco de material propio decente… Vale, mira, acepto la
excusa. Lo que no acepto es que el material ajeno lo conviertas en puta basura.
Y es que convertir “Land of a thousand dances” en un bostezo de tres minutos
tiene musho arte, olé tu coño.